Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

El candidato del PRD para el 2012

 

Todo lo que ha sucedido alrededor de las elecciones internas del PRD para escoger a su presidente ha dejado una estela de consecuencias. Los escenarios en torno a quién quedará en la presidencia del partido son diversos y lo mismo podemos contemplar tanto para las elecciones federales del 2009, llamadas intermedias, como para las de 2012, cuando se elegirá al candidato a suceder a Felipe Calderón.

Partiendo del último punto, Marcelo Ebrard respondió, a pregunta expresa del entrevistador, que sí le gustaría ser el candidato del PRD, que por lo pronto estaba trabajando con la encomienda de hacer un buen trabajo en el gobierno de la ciudad y que después buscaría la candidatura.

Para lograr su objetivo, Marcelo tiene en contra a su propio jefe, Andrés Manuel López Obrador. Y no se tratará de que haya una pugna feroz por la candidatura entre ellos dos, como se ha planteado, porque Ebrard no tiene seguidores propios, no tiene un grupo formado en el PRD que lo siga.

Cuando ganó la candidatura para contender por la jefatura de gobierno del D.F., lo hizo gracias a López Obrador; los seguidores de éste acataron instrucciones y votaron por el ahora jefe de gobierno en las internas del partido.

Pero tratándose de la Presidencia de la República, Andrés Manuel no va a impulsar a sus propios seguidores para que apoyen a un contrincante. Así que Marcelo, aunque él mismo no lo haya visualizado, como se desprende de sus declaraciones, no tendrá ninguna oportunidad de ser candidato para competir por la grande en el 2012.

Marcelo entonces está descartado.

En el PRD hay dos grandes corrientes —como vemos todos los días—, los que apoyan a Jesús Ortega y los que apoyan a Alejandro Encinas; pero estos últimos en realidad son un conglomerado de grupos a su vez. Entre las cabezas más importantes están René Bejarano —aunque oficialmente esté expulsado del partido—; su esposa, Dolores Padierna; Gerardo Fernández Noroña, Martí Batres y sus hermanas, Agustín  Guerrero y Alejandra Barrales.

Estos apoyan a Encinas, pero su líder es López Obrador, en consecuencia, aunque aspiraran a ser nominados por su partido, están descartados por razones parecidas a las de Ebrard, porque aunque casi todos tienen a sus propias “tribus”, no son lo suficientemente grandes como para buscar una candidatura que desea más que nada en el mundo su jefe.

Así que todos los nombrados hasta ahora por el lado de los Encinistas, están también descartados para luchar por el PRD para “la grande”.

Queda el bando de los llamados “Chuchos”, seguidores de Jesús Ortega. Entre ellos están Jesús Zambrano, Carlos Navarrete y “El Güero” González Garza —aunque estos dos últimos podrían volteársele a Ortega en el último momento—.

Pero a fin de cuentas, Chucho Ortega quiere ser candidato a la presidencia de México por el PRD y para lograrlo tendrá que librar una batalla tremenda contra AMLO y su grupo, el mismo de Alejandro Encinas.

Por este motivo se ha dado en el PRD el peor lodazal en cualquier elección que haya habido en México, con fraudes y todas las artimañas de que pudiera ser capaz un candidato para lograr su objetivo.

Lo más probable es que a Ortega no lo dejen llegar. Una sola ala del partido no podrá imponer candidato… Y esto reza también para el grupo contrario.

Pero si la lucha será a muerte y todos saldrán tan lastimados, ¿Qué futuro tiene el PRD? ¿Cómo puede hacer, qué candidato nominar para ganar las elecciones del 2012? La opción, por donde se le busque, va a ser un tercer candidato, de compromiso entre las partes en pugna.

El autoproclamado “Presidente Legítimo” no tiene oportunidad. Perdió en 2006 y tras la serie de plantones, bloqueos, acciones violentas, manipulaciones y mentiras que se le han descubierto, ha perdido un gran número de simpatizantes. Esa es la realidad, todas las encuestas de los últimos meses lo han  venido determinando de esa manera.

Si en 2006 no la logró, a pesar de la enorme popularidad que tenía, en 2012 menos lo hará, con la quinta o sexta parte de votantes a su favor.

Si López Obrador tiene un poco de sentido común tendrá que transigir para que su partido nomine a un candidato diferente a los que se han barajado. Si no lo hace, estará cavando la tumba del PRD.

Y si hubiera un candidato de unidad sólo hay dos cartas en el horizonte. Hablando, desde luego, de dos personalidades con la suficiente fuerza para ganar a los candidatos del PAN y el PRI: Cuauhtémoc Cárdenas y su hijo Lázaro, aunque pueda parecer increíble.

Éste último podría inclusive ser el presidente del PRD, una vez que pase la tempestad en que ese partido se encuentra ahora envuelto y de ahí dar el brinco a la nominación para el 2012.

Entre Cuauhtémoc y Lázaro, tal vez el último tenga más probabilidades, porque está menos raspado entre sus compañeros militantes y salió bien librado del mandato gubernamental en Michoacán.

Así que, si las cosas siguen el sendero en que se encuentran enfiladas y si los perredistas se unen para ganar en 2012, probablemente el candidato será Lázaro Cárdenas Batel. Si no lo hacen así, la pelea se dará entre el PAN y el PRI. ¿En qué condiciones? Hay tiempo para hacer el análisis.

Cuando las aguas, en el partido que fundó Cuauhtémoc Cárdenas, estén tranquilas —si es que llegan a estarlo—, los miembros del mismo deberán reflexionar y tomar las decisiones que les convienen para el futuro, dejando atrás la obcecación y la imposición de los deseos de un solo hombre, mirando solamente por el bien del propio partido. Tan fácil y tan difícil como eso.

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